JUAN 3: 17-21
“17
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que
el mundo sea salvo por él. 18 El que en él cree, no es condenado; pero el que
no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito
Hijo de Dios. 19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las
tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo
malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean
reprendidas. 21 Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea
manifiesto que sus obras son hechas en Dios”.
El señor
quiere reconciliarse con la humanidad y proveernos todo cuanto necesitamos para
tener una vida digna, tranquila, en paz y llena de bendiciones; fue por esto
que decidió enviar a su hijo al mundo como nuestro salvador; lo único que ha
puesto como condición para que esta salvación sea otorgada es que creamos y
reconozcamos a Jesucristo, su hijo, como nuestro único gran salvador.
En nuestro
alrededor y en general en el mundo siempre estamos observando cómo se destruyen
las personas y con ellas sus familias, debido a comportamientos y actitudes que
van en contra vía a los lineamientos que el señor ha dado a conocer a través de
nuestro señor Jesucristo y de su palabra en las sagradas escrituras. Es incomprensible
como personas que conocen de Dios y de su poder infinito, siguen en tinieblas
actuando de mala forma o fuera de su voluntad.
Entiendo
que muchas veces tememos porque creemos que hemos llevado una vida tan
desordenada y tan fuera de la ley divina que no merecemos el perdón de Dios y que
Él nos rechazará; pero la verdad es que Dios en su infinita misericordia
continúa a la espera de nuestro arrepentimiento y de nuestro renacer espiritual
para alcanzar su gloria y su gracia sobre abundante. No sintamos temor de buscarle
y reconocer ante Él nuestras faltas y nuestras debilidades, porque solo así
podremos reconciliarnos con Él y fortalecer nuestro espíritu en Cristo Jesús;
mas sin embargo si es IMPORTANTE que tengamos en cuenta que buscarle significa
seguir a Cristo (Él es la camino, la verdad y la vida) y reconocer nuestras faltas es poner a Dios delante de nuestras
acciones y nuestros pensamientos para que éstos sean una manifestación y
testimonio de la obra de Dios es nuestras vidas, y sirva de ejemplo y guía para
otros que se encuentran perdidos en tinieblas.
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