Jesús sana al hijo de un noble
Juan 4:45-54
45 Cuando vino a Galilea, los galileos le recibieron, habiendo visto todas las cosas que había hecho en Jerusalén, en la fiesta; porque también ellos habían ido a la fiesta.
46 Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo.
47 Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir.
48 Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales y prodigios, no creeréis.
49 El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera.
50 Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue.
51 Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, y le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive.
52 Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre.
53 El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa.
54 Esta segunda señal hizo Jesús, cuando fue de Judea a Galilea.
Me impacta este pasaje por qué Jesus había hecho muchos milagros en varias regiones, y mucha gente creía por los milagros que veían, pero en este caso en particular el Señor Jesus le pregunta al hombre has creído por lo que has visto? Y el hombre le contesta con su petición, Señor ven que mi hijo muere, y cuando Jesus le da la instrucción de sanidad, dice la escritura que el hombre creyó a la palabra de Jesus. Y al llegar a su casa su hijo estaba sano. Muchas veces nosotros somos enfrentados a situación parecidas, tenemos una vida en donde luce que somos creyentes, y aplaudimos y nos admiramos por las maravillas y los milagros que pasan a nuestro alrededor, pero, que de cuando la necesidad llega a nosotros, verdaderamente tenemos las confianza en la palabra del Señor Jesus para que ponga su toque de poder sobre nuestros matrimonio que están a punto de morir, o creer que él puede dar la instrucción de sanidad sobre nuestras dolencias o el de algún familiar. Consideremos la pregunta del Señor Jesus otra vez: solo crees por lo que has visto, o crees en mí por mi palabra? O Verdaderamente estamos sensibles para oír la instrucción del Señor tal vez a través de la oración, o a través de nuestros líderes espirituales, y creer que por más imposible o urgente que este nuestras situación, necesitamos una palabra del Señor para nosotros. Les dejo una reflexión:
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